Actualmente se habla mucho del autismo y del asperger; sin embargo, aún existen muchas dudas de que se trata este trastorno. Hay que iniciar diciendo que es una condición neurológica y de desarrollo que comienza en la niñez y dura toda la vida. Afecta el modo que una persona ve el mundo, es decir, tiene una propia forma de interpretar lo que sucede a su alrededor y actuar con otras personas.
Se diagnostica como Trastorno del Espectro Autista (TEA) porque no es una condición única; sino un conjunto muy grande que comparte características pero en diferente grado y forma de manifestarse. Por ejemplo, les resulta difícil desarrollar relaciones sociales, comunicarse y pensar en abstracto; pero así como algunas personas pueden tener dificultades de aprendizaje, otros tienen capacidades intelectuales superiores.
A medida que estas personas se acercan a la edad adulta, tienden a estabilizar su conducta, mejorando las relaciones con los demás y desarrollando un mayor grado de autonomía personal. Sin embargo, es muy posible que otras necesiten apoyo a lo largo de su vida para poder adaptarse a las demandas que plantea nuestra sociedad.
¿Qué tipo de atención requieren las personas con TEA?
El apoyo a esa gran variedad de necesidades, capacidades y características de cada persona debe ser un trabajo individualizado pues así se aprovecha las habilidades en las que la persona con autismo pueda destacar, para compensar aquellos aspectos en los que tenga más dificultades.
Algunos programas se centran en la reducción de problemas de conducta y enseñanza de nuevas habilidades. Otros se centran en enseñar a los niños cómo actuar en situaciones sociales o cómo comunicarse mejor con otras personas.
El trabajo del profesional es amplio y variado; pues va desde la detección e intervención en la atención temprana, hasta al acompañamiento y cuidado en todas las necesidades, además de una evaluación, diagnóstico, estimulación cognitiva, manejo y autocontrol de las emociones, resolución de conflictos, habilidades sociales y conducta.
Las personas diagnosticadas con TEA pueden adaptarse a las necesidades de la vida diaria, siguiendo un tratamiento para reforzar sus áreas de desarrollo y sobre todo teniendo apoyo y educación tanto de familiares como profesionistas, pero sobre todo de la sociedad en general, pues hace falta conocer la condición para poder hablar no solo de respeto, sino también de inclusión.
Ana Laura Cruz Acosta
Psicoterapeuta de Hominum México
BIBLIOGRAFÍA
Sigman,M. & Capps, L. (2000). Niños y niñas autistas. Una perspectiva evolutiva.
España: Morata