Los berrinches o rabietas se definen como aquellas conductas que llevan a cabo los niños como medio para expresar sus emociones. Éstas se generan como resultado de frustraciones que viven los niños en su medio social por no contar con habilidades que les permitan solucionar conflictos con sus pares o como alternativa para lidiar con los altibajos emocionales que se presentan en el día a día.
La manifestación de estos berrinches puede iniciar desde el primer año de vida del niño aunque comúnmente son propios de los 2 a 4 años. Se manifiestan con diferentes conductas y su periodo de intensificación puede ser corto o rápido.
Los lloriqueos y gritos son las formas más frecuentes de iniciar con el berrinche, continuando con gritos, golpes, patadas, rasguños, tirarse al piso, jalarse el cabello, contener el aliento o escupir a los padres.
Los berrinches permiten al niño manifestar sus emociones negativas con una conducta poco apropiada para él y para sus padres o cuidadores. Sin embargo, es una opción que permite la iniciación para ayudar al niño a regular sus emociones y a entenderlas, que fracasa debido a que el enfoque se da únicamente a las conductas y no al trasfondo emocional de las mismas.
Dentro de la madurez emocional que se desarrolla durante la niñez se encuentra la adquisición de habilidades emocionales y cognitivas que le permitan al futuro adulto adaptarse a nuevos escenarios de una forma rápida y efectiva; sin embargo, para los niños pequeños, los cambios pueden alterar su estabilidad emocional, por lo tanto es necesario proporcionarle el tiempo y espacio necesario para realizar la transición de nuevos escenarios, nuevas actividades, nuevas personas, etc.
Debido a que los niños pequeños se encuentran en una etapa de adquisición de habilidades sociales, es necesario fomentar actividades con pares o familiares que lo motiven a compartir sus pertenencias, en todo caso los juguetes son los percibidos como de su propiedad y son el recurso viable para comenzar a fomentar esta actividad.
Los límites y normas son esenciales para evitar la aparición de esta conducta, ya que le permiten al niño saber la manera en que se le permite expresar sus emociones y a su vez que conozca lo que se espera de él.
En Hominum podemos orientar y proporcionar herramientas a los padres para el manejo y cese de los berrinches de los niños, trabajando de manera conjunta con el niño el desarrollo de actividades apropiadas a su desarrollo cognitivo y emocional que le permitan expresar sus emociones de manera adecuada y positiva para ellos.
Alicia Anahí Pacheco Cruz
Psicoterapeuta de Hominum México